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Maestría en Educación Humanista

sábado, 8 de marzo de 2014

Breves reflexiones sobre Mr. Holland's Opus (Con ganas de triunfar)





Mentiría si dijera que al trabajar como docente, no tengo una expectativa de trascendencia. Para mí una forma hermosa de trascender en esta vida es dejar una grata experiencia en mis estudiantes y que alguno de ellos recuerde alguna cosas que aprendió conmigo con cariño y que la comparta con otros. Eso ocurre al final con Mr. Holland quién se descubre así mismo y a la vida a partir de la docencia algo que en primer lugar no quería.
Los puntos que más llamaron mi atención de la película son seis:
 En primer lugar, trata la posición de Mr. Holland como profesor, el empieza a dar clases como una oportunidad, más no como una vocación. ¿Cuántos profesores en nuestro sistema educativo no llegan en esa situación a las aulas? Sin entusiasmo y sin vocación a vomitar los conocimientos exigidos por el magisterio, para alumnos que ante tal situación se vuelven apáticos y mediocres. 
Al final Mr. Holland encuentra pasión y amor por compartir sus conocimientos musicales y su gran "Opus" no es la música que tocan al final de la película sus alumnos y exalumnos, sino todas las vidas que tocó y todos los aprendizajes significativos que generó en ellos, lo que lo hizo memorable. 
 En segundo lugar, surge el tema de las expectativas tanto sociales, como institucionales de lo que se espera del profesor. Socialmente se espera que enseñe determinado tipo de música e institucionalmente que lo haga con ciertos métodos ya prescritos. Sin embargo él logra llegar a las necesidades existenciales de los alumnos, a empatizar con ellos y a generar un clima de autoconocimiento y autonomía.
 En tercer lugar, trata de las expectativas interiores de Mr. Holland, durante varias partes de la película se toca su situación emocional, tanto respecto a su realización como docente y como compositor, como a su situación familiar con su esposa y con su hijo Cooltrane quién resulta ser sordo y por tanto una frustración velada para el padre músico. 
En un cuarto lugar, trata sobre la parte artística y creativa del profesor, Mr. Holland se automotiva y comienza a hacer de su quehacer docente un arte, una búsqueda creativa por despertar el interés por la música de sus alumnos. 
En quinto lugar, está el trabajo del profesor como asesor académico y de vida. A su primera estudiante, la enseña a disfrutar el proceso de tocar un instrumento, bajo el pretexto de ayudarla académicamente con sus habilidades interpretativas. A otro estudiante, le enseña a tener ritmo y a comprometerse en algo para que pueda seguir estudiando más adelante. A otra estudiante la escucha respecto a su proyecto de vida y le da opciones para que pueda llevarlo a cabo, mas siempre respetando y dejando claro que la decisión estaba en ella.
En un sexto lugar, como un docente que al final disfruta su trabajo, el cual tiene resonancia y trascendencia en la sociedad estudiantil y en sus antiguos alumnos.

 La parte en la que Mr. Holland está buscando la forma de acercar la música clásica a los jóvenes de manera novedosa y agradable, me hizo identificarme porque yo me encuentro en la constante exploración de cómo acercar la literatura a los estudiantes y que sea una experiencia grata, vivificante y retadora.


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